Durante toda mi vida soñé con ese ser especial.
Ese príncipe que me rescataría
y me llevaría a un mundo tan inmenso
como la imaginación de un niño,
un mundo tan hermoso como un anochecer estrellado,
tan colorido como un arco iris,
y tan alegre que hasta un pensamiento triste es feliz.
Pero cada día al despertar,
caía en la tosca realidad,
dolorosa pero presente, de que ese mundo solo vivía en mis sueños
Y que el simple hecho de despertar me traía sufrimientos.
Veía las dificultades de mi vida como el Fin de mi mundo
Y poco a poco me fui volviendo una incrédula,
Que dejo de creer en ese posible gran Amor,
en esa bella Ilusión.
Creí que era lo suficientemente fuerte para seguir adelante,
Para afrontar el Mundo,
Este Mundo tan Oscuro y ponerlo a mis pies.
Pero cada ves que despertaba,
notaba que mi cuerpo, mi alma, y mi esencia
en cada amanecer se debilitaba mas y mas.
En distintos intentos desesperados por amar,
entregue mi corazón de una manera tal que,
mi mundo paso a ser de otros,
otros en quien yo me decidí a confiar a ojos cerrados,
otros quienes no supieron apreciarme,
y simplemente me fueron destruyendo,
Matando por completo ese granito de Amor que aun en mi quedaba,
extinguiendo esa luz que yo aun guardaba, casi por completo.
